¿Qué es?
Los potenciales evocados son pruebas tecnológicas diagnósticas. Existen diversos tipos y los más conocidos son los auditivos, los visuales y los somatosensoriales o PESS.
Todos ellos tienen en común que miden la actividad bioeléctrica que se genera en el cerebro tras un estímulo a distancia, ya sea visual, auditivo o, en el caso específico de los PESS, táctil o sensitivo.
Los potenciales evocados somatosensitivos (PESS) se efectúan generando al paciente un estímulo físico que suele ser una pequeña corriente eléctrica no dolorosa en un área del cuerpo, en función de lo que se quiera observar, como por ejemplo, en la muñeca para el estudio del nervio mediano o en el tobillo para el estudio de los nervios de la extremidad inferior.
Durante la prueba, el paciente lleva puesto un ligero gorro elástico al que se acoplan electrodos capaces de medir la actividad bioeléctrica, es decir la repuesta que en el cerebro generan los estímulos. De esta forma y siguiendo con el ejemplo, puede saberse cómo funcionan las vías nerviosas que unen el tobillo o la muñeca con el cerebro y determinar si existe un daño, qué tipo de daño y dónde está alterada la conducción de la vía nerviosa.
¿Cuando está indicada?
La prueba debe ser solicitada por un médico que la solicita normalmente cuando existen sospechas de trastornos en la conducción nervios extracerebral, con síntomas de fatiga, adormecimiento, calambres u hormigueos frecuentes.
¿Qué puede detectar una prueba de PESS?
Afectaciones de los nervios debidas a traumatismo
- Tumores nerviosos
- Tumores que afectan por compresión a los nervios
- Esclerosis múltiple
- Neuropatías hereditarias
¿Es dolorosa o molesta?
La prueba de potenciales evocados somatosensoriales es indolora. Los pulsos o estímulos eléctricos que se administran son de muy baja intensidad y puedes tener una sensación de ligero cosquilleo.
La duración aproximada es de 30 minutos. No necesita acudir acompañado y no presenta efectos secundarios.
10 años cuidando de ti (2013 - 2023)
