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La tuberculosis o tuberculosis pulmonar es una enfermedad contagiosa que se desarrolla por una infección de la bacteria mycobacterium tuberculosis y afecta principalmente a los pulmones, aunque se puede extender a más órganos.
El contagio de la tuberculosis se hace a través del salpicado de la tos o estornudo de una persona que ha desarrollado la infección, aunque la enfermedad puede no manifestar los síntomas de tuberculosis en años.
Cuando se empieza a manifestar, lo hace con tos (con o sin sangre), dificultad para respirar, fiebre, dolor en el pecho, pérdida de peso, cansancio, sudoración nocturna y silbidos al respirar. En el caso de observar estos síntomas de tuberculosis debes realizarte el test de mantoux o tuberculina para descartar o diagnosticar un contagio y ponerte en tratamiento lo antes posible.
Si sale positivo, debes llevar los resultados al neumólogo que te hará pruebas para ver el estado de tus pulmones y para valorar el alcance de la infección como Radiografía de tórax, TAC, etc. y posteriormente te prescribirá el tratamiento más adecuado para tu tuberculosis.