Cerebro, médula espinal y nervios son los encargados de hacer que nuestro organismo funcione y reaccione correctamente ante las agresiones externas o internas que se puedan producir. Pero, en ocasiones, puede haber una disfunción en ellos que puede provocar problemas relacionados con la movilidad, la deglución, la respiración, la memoria, el habla, etc.
Estas disfunciones pueden ser causadas por lesiones, trastornos o infecciones que pueden acabar convirtiéndose en una enfermedad neurológica como por ejemplo: distrofia muscular, espina bífida, Parkinson, Alzheimer, ictus, epilepsia, tumores cerebrales, meningitis, etc.
Debes acudir a la visita de neurología cuando observes síntomas como rigidez de brazos o cuello, temblor en manos, piernas, mandíbula y cara, problemas de equilibrio y/o coordinación, pérdida de memoria, confusión, cambios bruscos en el estado de ánimo, debilidad y pérdida de masa muscular, incontinencia, dificultad de aprendizaje, problemas de visión, mareos, dolor de cabeza repentino y fuerte, convulsiones, náuseas y vómitos, fiebre súbita, etc.
El neurólogo realizará pruebas para ajustar el diagnóstico y te pondrá en tratamiento cuanto antes para conseguir aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.