¿Por qué te interesa?
Hacerte una resonancia magnética puede ser más sencillo y cómodo de lo que crees
La resonancia magnética abierta es una prueba que ayuda a hacer un diagnóstico en profundidad de una patología o enfermedad porque la captura de las imágenes va más allá de la que puedes extraer de una radiografía, TAC o ecografía.
Con la resonancia magnética abierta se pueden observar hasta los tejidos blandos y vasos sanguíneos y, a diferencia de la aparatología de resonancia magnética tradicional, es un tubo abierto, con lo cual no provoca una sensación de claustrofobia cuando te sometes a la prueba.
El hecho de que sea una prueba abierta, es una ventaja para ti porque te da una sensación de confort ya que tienes el triple de espacio que en la resonancia convencional y puedes ver todo lo que hay en la sala puesto que no estás en un cubículo cerrado.
Por lo tanto está especialmente indicado para resonancias a niños/as, ya que los padres pueden acompañar a sus hijos durante los veinte minutos o media hora que dura la prueba. También en personas con claustrofobia u obesidad, ya que tienen mayor espacio de movilidad y para pacientes de ortopedia y traumatología, ya que, por ejemplo, si quieres hacerte una resonancia magnética de rodilla puedes captar las imágenes en diferente grados de flexión de la rodilla.
Y recuerda que cuando tengas los resultados de la resonancia magnética abierta, deberás llevar el informe a tu médico para que haga su propia valoración y te ponga en tratamiento, en caso necesario.
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