Un simple análisis de orina puede dar muchísima información del estado de salud de la persona que se realiza la prueba. Los resultados que se obtienen sirven para confirmar o descartar posibles enfermedades o afecciones que pueden estar dando otro tipo de síntomas.
Con el análisis de orina se comprueba si los riñones funcionan correctamente, por ejemplo, si sale la urea alta quiere decir que los riñones no están filtrando bien la sangre. Los análisis también pueden mostrar si hay un desequilibrio hormonal, una infección bacteriana u otros indicadores que, de verse alterados, estarían revelando la posible existencia de una enfermedad que debe tratarse o prevenirse.
En cuanto a las infecciones de orina, por ejemplo, es muy importante detectarlas y tratarlas a tiempo puesto que, dependiendo de su gravedad y/o frecuencia, pueden subir a la vejiga por el canal de la uretra y llegar a causar lesiones renales y otras complicaciones progresivas y que pueden resultar difíciles de curar e incluso, llegar a hacerse irreversibles. Los síntomas de la infección urinaria suelen ser picor, quemazón al orinar, color y olor de la orina anormal, detección de sangre en la orina, ganas de miccionar frecuentes, incontinencia urinaria, etc.
Si tienes sospechas de tener una infección o quieres realizarte un control para comprobar que no tienes ningún valor alterado y tu estado de salud es el correcto, hazte un análisis de orina completo.
En el caso de detectar alguna infección es recomendable realizar pruebas complementarias para ajustar el diagnóstico como ecografía renal, TAC, etc. o visitar al urólogo, ginecólogo o nefrólogo.