Con este análisis se puede comprobar el tiempo que tarda en formarse un coágulo de plaquetas o trombocitos en la sangre. Si tarda más tiempo de lo normal puede deberse a una anomalía genética como la hemofilia, una enfermedad en el hígado, falta de vitamina K o a que la persona esté bajo tratamiento anticoagulante.
Si observa síntomas como hemorragias nasales constantes y que cuestan de parar, sangre en orina, hemorragias en la menstruación, moratones o dolor en las articulaciones, debe hacerse un análisis de coagulación para comprobar si está dentro de los niveles óptimos.
Una vez recogidos los resultados de la prueba, puede ser que se precise la opinión de un hematólogo que puede indicarle que debe llevar una pauta de coagulación mediante warfarina e ir realizando los controles adecuados o bien puede necesitar realizar otras pruebas para conocer la causa de la alteración en la coagulación de la sangre, como un hemograma, ecografía, análisis perfil hepático, TAC, etc.