Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
La hipertrofia amigdalina es un término médico usado para describir un agrandamiento anormal de las amígdalas, esos ganglios linfáticos ubicados en la parte posterior de la garganta que tienen una importante función en la defensa del organismo.
Algunas personas nacen con unas amígdalas hipertróficas de forma natural, mientras que otras sueles experimentar ese agrandamiento a causa de infecciones. Si esa hipertrofia es demasiado acentuada puede presentar varias complicaciones, como por ejemplo dificultad para respirar. En casos así, un otorrinolaringólogo considerará si es recomendable llevar a cabo una operación para extirpar las amígdalas.
En este artículo conocerás las causas más comunes de las amígdalas hipertróficas, sus síntomas y los tratamientos existentes, haciendo énfasis en la operación de amígdalas, una intervención muy común en niños y jóvenes.
El síntoma más evidente es el excesivo tamaño de las amígdalas, que se puede comprobar a simple vista. A partir de esa hipertrofia amigdalina suelen presentarse síntomas como:
Las causas que provocan una hipertrofia amigdalina son variadas. Como hemos comentado en el inicio del artículo, es posible que algunas personas presenten esta patología desde el momento de su nacimiento de forma natural. En estos casos, los síntomas aparecen desde niños.
También es común que el agrandamiento de las amígdalas sea consecuencia de una infección bacteriana o vírica. Estas infecciones pueden ser clasificadas en tres categorías:
Cuando las amígdalas hipertróficas son causadas por una infección aguda, el otorrinolaringólogo suele recetar antibióticos para seguir un tratamiento, que normalmente no se extiende más de 10 días.
En cambio, si la amigdalitis se vuelve crónica o se complica, el especialista puede recomendar una intervención quirúrgica llamada amigdalectomía para solucionar los problemas de raíz.
En los casos en los que la hipertrofia amigdalina se presenta de forma natural desde el nacimiento, solo se opta por una operación si se presentan varios episodios de amigdalitis aguda seguidos y las complicaciones no dan tregua. En definitiva, se llevará a cabo cuando sea estrictamente necesaria.
Una operación de amígdalas o amigdalectomía puede realizarse de dos formas distintas:
Los riesgos son muy bajos, aunque pueden presentarse hemorragias, leves cambios en la voz o infecciones postoperatorias. El dolor durante los próximos días será normal, pero se podrá controlar si se siguen las indicaciones médicas correctamente.
Al extirpar las amígdalas estarás eliminando una primera barrera de protección frente a agentes externos, así que es necesario valorar bien si la operación es necesaria, preferiblemente consultando a más de un especialista. Aun así, debes saber que otros órganos también llevarán a cabo esa función de defensa.
Visita a un otorrinolaringólogo si sufres algún problema de audición, sinusitis, pólipos o vas a realizarte una rinoplastia u otoplastia. El otorrinolaringólogo hará las pruebas necesarias para indicarte cuál es tu situación y, si es necesario, realizar el tratamiento más adecuado.