¿Cómo es una analítica de herpes?

Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta

El herpes viral es una enfermedad infecciosa inflamatoria producida por un virus que provoca pequeñas lesiones en distintas partes del cuerpo, como en los labios, los genitales o la piel. Tanto los herpes simples como el herpes zóster no tienen ningún tratamiento curativo, de manera que nos pueden acompañar toda la vida. Sí que existen formas para reducir los síntomas y acelerar el proceso de curación de las lesiones, aunque el virus seguirá en el organismo y, seguramente, volverá a actuar.

Es muy importante realizar una analítica de herpes a tiempo por dos razones distintas. Una, para que se pueda aplicar el tratamiento adecuado lo más pronto posible. Dos, para tenerlo en cuenta a la hora de entrar en contacto directo con otras personas, ya que se transmite muy fácilmente cuando el brote está activo.

A continuación, te explicamos cuándo deberías hacerte una analítica de herpes y en qué consiste.

¿Cuándo realizar una analítica de herpes?

En el momento en el que aparecen síntomas del herpes, es recomendable acudir a un médico para que valore la necesidad de hacer una prueba. Los más habituales son los herpes bucales, los herpes genitales y los herpes zóster.

Los síntomas del herpes bucal son:

• Ardor u hormigueo en los labios o alrededor de la boca.
• Ampollas o sarpullidos en los labios o alrededor de la boca.
• Dolor de garganta.
• Fiebre.
• Inflamación de los ganglios linfáticos.

Los síntomas del herpes genital son:

• Llagas o ampollas en la vagina, pene, ano o glúteos.
• Sensación de ardor si la orina entra en contacto con las llagas.
• Dolor y picazón en la zona genital.
• Fiebre.
• Escalofríos.
• Sensación de cansancio.
• Glándulas hinchadas en la pelvis, la garganta o las axilas.
• Dolor de cabeza.

Los síntomas del herpes zóster son:

• Sarpullidos en la piel, normalmente en la zona de la columna, el vientre, el pecho, la cara, los ojos, la boca y los oídos.
• Dolor abdominal.
• Fiebre.
• Escalofríos.
• Sensación de malestar.
• Dificultad para mover los músculos de la cara.
• Caída del párpado.
• Problemas en el sentido del gusto.

Tipos de analítica de herpes

Una vez que se tienen los síntomas y el médico cree conveniente que es necesario realizar un análisis, este puede ser de varios tipos:

• Análisis de sangre. En ellos se detectan los anticuerpos que el sistema inmunológico genera tras una infección del herpes.
• Análisis de la llaga. Se raspa la llaga y luego se estudia con un microscopio, detectando los marcadores del antígeno en las células infectadas con el virus del herpes.
• Análisis del líquido de la llaga. Se extraen las células que tiene la ampolla en su interior para estudiar la presencia del herpes.
• Prueba de Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR). Se puede hacer tanto con una extracción de sangre, del fluido de la llaga o de otros líquidos como el espinal. Sirve para detectar el material genético del virus.

Tratamiento para el herpes

Tras confirmar con una analítica que se posee herpes, el médico suele recetar medicamentos para combatir el virus, de manera que ayudarán a disminuir el dolor y prevenir complicaciones pero, como hemos dicho anteriormente, no eliminarán la enfermedad. Además, es importante tener en cuenta los siguientes consejos para conseguir que se cure bien y que no se contagie:

• Limpiar con agua y jabón la zona infectada.
• Evitar tocar las llagas.
• Evitar el contacto sexual hasta que las erupciones se hayan curado en el caso de tener herpes genital.
• Evitar tener sexo oral, besar y compartir cepillos de dientes, toallas, vasos, cubiertos o barras de labios en caso de tener un herpes bucal.