Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
¿Por qué no me quedo embarazada? Esta es la frustrante pregunta a la que se enfrenta en España entre un 15% y un 17% de las mujeres en edad reproductiva que, manteniendo una frecuencia óptima en sus relaciones sexuales y considerando todos los consejos habidos y por haber sobre el tema, observan impotentes que no llega el momento en el que su óvulo sea fecundado por un espermatozoide y prospere con éxito un embarazo.
Esta circunstancia a menudo genera episodios de ansiedad y de estrés, angustia, desesperanza, tristeza e incluso depresión. La reacción dependerá de la personalidad de la persona, de sus experiencias de vida y de la capacidad para sobrellevar los problemas. No obstante, muchos especialistas aseguran que las complicaciones a la hora de quedarse embarazada pueden ser uno de los desafíos psicológicos más difíciles a los que pueda enfrentarse el ser humano. El impacto traumático suele ser superior en las mujeres pues tienden a estar más pendientes de los ciclos menstruales, pero los hombres también sufren las consecuencias emocionales.
Ante estas complicaciones y sin que haya un diagnóstico de infertilidad por parte de un especialista, ¡la esperanza es lo último que se pierde! Todo puede deberse al estrés o a mantener hábitos poco saludables. El médico especialista será quien valore cada caso y proponga un tratamiento. Para ello tiene a su disposición pruebas que no solo son capaces de determinar la reserva de óvulos que todavía son válidos para conseguir un embarazo, sino que también permiten calcular la llegada de la menopausia.
El análisis de la hormona antimulleriana (AMH) es una prueba que ayuda a calcular el “almacén” de óvulos con el que cuenta la mujer que acude a consulta. Aporta resultados fiables y solo se necesita una simple muestra de sangre.
A diferencia del hombre, cuya producción de espermatozoides (gameto masculino) es constante desde la pubertad hasta la senectud, la mujer nace ya con una dotación determinada de ovocitos (gameto femenino) que irá perdiendo de forma exponencial e irreversible desde el momento de su nacimiento. La cantidad y calidad de estos ovocitos (capacidad funcional del ovario) constituye su reserva ovárica.
La mayoría de los ovocitos con los que nace la mujer, que rozan 1,5 millones, se degradarán sin llegar a ser madurados. Solo 400-500 de ellos ovularán por los ovarios en un proceso que comienza con la primera menstruación (en la que el recuento de ovocitos será de unos 400.000-500.000) y acaba con la menopausia (momento en el que solo quedará una decena de ellos).
Lo sorprendente es que en cada regla unos mil ovocitos son “reclutados” , pero solo uno llega a convertirse en óvulo. El resto se elimina. Pero además, los ovocitos de mejor calidad serán los primeros en seleccionarse de tal manera que, con el paso del tiempo, los óvulos de los ciclos sucesivos tienen menor calidad. Esto explica el hecho de que según maduremos en edad tengamos más dificultad para quedarnos embarazadas.
El periodo de mayor fertilidad llega a partir de los 16 años y durará aproximadamente hasta los 32 años. A partir de los 40 años, la fertilidad disminuye al 20-30%. El número de folículos disminuye normalmente con la edad, pero también por trastornos como el fallo ovárico precoz. Según un estudio realizado en mujeres con ciclos regulares, los folículos contados son en media 15 (para mujeres de 25-34 años), 9 (35-40 años) y 4 (41-46 años).
Ni los avances en Medicina Reproductiva ni el aumento en la esperanza de vida de la mujer han conseguido frenar su declive reproductor. Su capacidad reproductiva es la mismas desde la Prehistoria.
Se considera adecuado iniciar un estudio de fertilidad si, tras un año de relaciones sexuales sin utilización de método anticonceptivo alguno, no se ha logrado el embarazo, ya sea del primer hijo o de los sucesivos. Este lapso de tiempo podrá acortarse en casos de pacientes con edad cercana o superior a 35 años o cuando antes del inicio de la búsqueda de embarazo se haya realizado un diagnóstico que comprometa la fertilidad de la pareja.
En los estudios de fertilidad, como en cualquier otra especialidad, aplicar los mismos métodos diagnósticos a todos los pacientes es un grave error. Así, el ginecólogo comenzará por realizar una extensa entrevista a la paciente o a la pareja y continuará por la realización de diferentes análisis hormonales (Hormona antimülleriana, FSH, LH, estradiol,…) y ecografías vaginales para tener todos los datos necesarios para valorar la reserva ovárica de la mujer. Ambas pruebas se realizaban entre los días 3 y 5 del ciclo menstrual.
También es muy recomendable realizar un cariotipo o cariograma para saber si eres una mujer estéril. Se trata de un estudio genético que revela si el número y la organización de los cromosomas es correcta. En caso de haber alguna anomalía causaría abortos de repetición o infertilidad.
La ecografía vaginal permite seguir la evolución o crecimiento de los folículos tanto en un ciclo espontáneo como en un ciclo estimulado en tratamiento de fertilidad. Dependiendo del número de folículos antrales, se considera que una mujer tiene una reserva ovárica adecuada o normal si el recuento es de 6 a 10 pmol/l; baja reserva ovárica si el recuento es inferior a 6 pmol/l; y alta reserva ovárica si es superior a 12 pmol/l.
El recuento de folículos por ovario ha sido durante mucho tiempo la prueba preferida para estimar fielmente la reserva ovárica en una determinada paciente. Con el análisis de la hormona antimulleriana se pueden obtener datos de la reserva ovárica y, además, predecir la respuesta de los ovarios ante una estimulación ovárica en un tratamiento de reproducción asistida. La gran ventaja de la hormona antimulleriana respecto a otros parámetros también utilizados en la determinación de la reserva ovárica (como la hormona FSH o el estradiol) es que puede realizarse en cualquier momento del ciclo menstrual.
Este análisis se realiza mediante una extracción de sangre convencional. A través de los resultados que arroje esta muestra podrás saber durante cuánto tiempo vas a seguir siendo fértil y así planificar adecuadamente el periodo para el que quiere aplazar tu embarazo o, por el contrario, proceder a quedarte embarazada evitando complicaciones como abortos o malformaciones fetales. Tambien es un marcador muy sensible para diagnosticar alteraciones ováricas como el Síndrome del Ovario Poliquístico.
¿Qué opciones tenemos si en el test aparece una reserva ovárica menor a 6 pmol/l y aún no nos hemos planteado la opción de ser madres pese a tener pareja estable? Muchas personas lo tendrían bastante claro. La solución sería adelantar nuestros planes acerca de la maternidad buscando el embarazo lo más pronto posible. Pero actualmente influyen muchos factores en la planificación del embarazo: las responsabilidades laborales, las dificultades económicas, los problemas que surgen a la hora de conciliar la faceta profesional con la crianza de los hijos, etc. Estas son las razones por las que las mujeres suelen retrasar la edad para tener su primer hijo. En tal caso, existe la opción de realizar un tratamiento de reproducción asistida, obtener embriones y congelar los mismos mediante vitrificación en espera del momento que la pareja considere adecuado para transferirlos y dar lugar al embarazo.
Si no existiera pareja estable y quisiéramos posponer nuestra maternidad, también sería posible realizar uno o varios tratamientos de reproducción asistida para obtener los ovocitos y congelarlos (vitrificación de ovocitos) a la espera del momento adecuado para su fecundación (con semen propio si ya existiera pareja estable o con semen de donante si la mujer desea una maternidad monoparental) y posterior transferencia de los embriones obtenidos para lograr el embarazo.
Un aspecto en el que coinciden todos los expertos es en la importancia de que la mujer adquiera hábitos de vida saludables cuando entre sus planes comience a contemplar la intención de convertirse en madre., pero ¿qué se entiende por seguir un estilo de vida saludable? Lo ideal es que el índice de masa corporal (IMC, medida de asociación entre el peso y la talla de un individuo, que se calcula dividiendo el peso en kilos por la talla en m2) se encuentre entre 20 y 23. Por ello es importante para la pareja realizar una consulta preconcepcional, que garantice la salud de la futura mamá.
Son pocos al mes por lo que no deberían desaprovecharse. Cabe indicar que existen algunas leyendas urbanas acerca de cómo la frecuencia de las relaciones influye en la calidad y cantidad del semen, como la regla que dice que la frecuencia viene marcada por la edad. La mejor frecuencia, no obstante, es la que marque vuestra libido. Si no apetece, no debe forzarse. Y si hay que incrementar la frecuencia…déjate llevar.
Con el paso de los meses, el hecho de quedarse embarazada se convertirá en misión casi imposible, pero hay que ser conscientes que el estrés, el agobio y las preocupaciones se convertirán en nuestro mayor enemigo.
¿Has notado irregularidades en el ciclo menstrual, aumento del vello corporal, trastornos de la pigmentación de la piel o infertilidad? Podría estar causado por una alteración hormonal. Confírmalo con un análisis hormonal de ciclo ovárico avanzado y sal de dudas.
¿Has notado irregularidades en el ciclo menstrual, aumento del vello corporal, trastornos de la pigmentación de la piel o infertilidad? Podría estar causado por una alteración hormonal. Confírmalo con un análisis hormonal de ciclo ovárico avanzado y sal de dudas.