Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Una visita ginecológica consiste en realizar una serie de pruebas (exploraciones, citología, mamografía, ecografía, etc.) bajo la supervisión de un especialista para prevenir o detectar problemas de varios tipos, desde quistes hasta cánceres. Su importancia es evidente y, por eso, se recomienda una revisión ginecológica anual. Pero, concretamente, ¿qué son estas pruebas?¿Duelen? A continuación te resolvemos estas dudas y más para que no tengas que recurrir a preguntarlo a una amiga.
Hay tres indicadores diferentes por los que guiarse a la hora de decidir hacerse la primera visita ginecológica:
Depende del especialista al que vayas, pueden variar. Estas son las pruebas más comunes, aunque no quiere decir que se realicen todas en la misma visita:
Si en las exploraciones y en los resultados de la citología se encuentran anomalías, es posible que se requiera una biopsia para salir de dudas.
Otra parte importante de la visita ginecológica anual es el interrogatorio que hace el doctor o doctora. En ella se preguntará sobre las enfermedades que sufres actualmente o que has pasado, si tomas alguna medicación especial, si has tenido operaciones, si eres alérgica a algo y sobre tus relaciones sexuales, entre otras cosas. Es fundamental ser totalmente transparente, ya que se está hablando con un profesional que lo único que quiere es recopilar datos por tu bien.
Francamente, hay alguna prueba de la visita ginecológica que puede llegar a molestar o incluso doler. Las exploraciones genitales y de mamas, así como las ecografías, si no se tiene ningún problema y se hacen con cuidado, no tienen porqué doler. La citología, en cambio, puede ser molesta y puede causar que salga un poco de sangre, pero es normal. La mamografía sí que duele, ya que se aplana el pecho durante un rato para examinar todos los tejidos.
Para concluir, es necesario recalcar la importancia de realizarse una revisión ginecológica de forma periódica. Se recomienda que sea una cada año, ya que como antes se detecte una posible enfermedad, más fácil será tratarla.
Una visita ginecológica al año puede ayudar a prevenir futuras enfermedades y anticiparse a los síntomas. Si aún no has visitado a tu médico el último año, pide hora para un chequeo rutinario y quédate tranquila.