A partir de la semana 20 de embarazo tu bebé empieza a desarrollar la piel y aparecen las primeras arrugas/surcos en manos, pies y dedos que son únicos en cada persona. Además, bajo la piel empieza a aparecer la grasa.
Entre la semana 19 y 20, se realiza la ecografía morfológica. En ella se analiza la estructura, forma y proporciones de tu bebé, centrándose en la observación del tamaño del fémur, engrosamiento de la nuca, dilatación del riñón, manchas en el corazón, etc. De este modo se comprueba que tu bebé se desarrolla correctamente y no hay ninguna malformación, ya sea del sistema nervioso, riñones, del sistema cardiovascular o, si lo hubiera, podría observarse algún tipo de alteración cromosómica (Síndrome de Down).
Si en la ecografía morfológica se detecta algún tipo de malformación, deberás acudir a tu ginecólogo/obstetra para que haga una valoración y es posible que te aconseje hacer una amniocentesis, cariotipo, cribado cromosómico, etc.
Además de ser una prueba de control muy importante y que hace que los futuros papás se sientan más tranquilos ante la salud de su hijo, esta prueba permite determinar el sexo del bebé siempre y cuando esté colocado de forma en que sea visible.