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Una visita ginecológica por año puede ayudar a impedir futuras anomalías de la salud y anticiparse a los síntomas. Si aún no has visitado a tu médico en el último año, pide hora para un control rutinario y quédate apacible.
Visita de EspecialistaCitologíaEcografía GinecológicaAnatomía Patológica
La Revisión ginecológica anual es la mejor manera de preservar tu salud y detectar a tiempo cualquier posible complicación para solucionarla rápidamente.
asegurarse de que todo transcurre a la perfección es la mejor garantía de calma. Por este motivo, se recomienda a todas y cada una de las mujeres sin salvedad realizar una visita anual al ginecólogo para supervisar su estado de salud.
Tras la revisión, y si el Profesional lo considera perfecto, podrá prescribirte otros servicios diagnósticos (no incluidos en la revisión) como una Mamografía Bilateral o una Ecografía Mamaria.
Primordial: en algunas Clínicas la facilitación del informe de desenlaces de la Citología se efectúa mediante una segunda revisión no incluida en la cuota.
La ecografía sirve para encontrar la causa de síntomas como sangrado vaginal anormal, mal pélvico, o para ver con precisión quistes encontrados durante un examen físico. La citología deja encontrar células anómalas que puedan convertirse en un cáncer de útero, y poner remedio de forma precoz eludiendo que se desarrolle.
Si es la primera vez que acudes a la consulta de ese ginecólogo, el especialista te realizará un pequeño cuestionario sobre tu estado físico y tus hábitos, tus antecedentes personales y familiares. Además de esto, posiblemente también te tome la tensión o te pese. Con todos estos datos, va a poder empezar a realizar tu historia clínica.
A continuación, hará una exploración física, que puede resultar incómoda pero no dolorosa, junto con un examen de las mamas y la realización de la ecografía y la citología.
Si lo considera preciso, podría pedir como pruebas complementarias al margen de la revisión una mamografía o una ecografía.
Si estás en el último trimestre de tu embarazo y quieres llevar un control más exhaustivo de tu salud y la de tu bebé, las correas son la solución. Con esta prueba podrás detectar la presencia de contracciones uterinas y el grado de bienestar fetal.
La ecografía morfológica o ecografía de las 20 semanas sirve para descartar cualquier posible malformación en los órganos del bebé.