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En el caso de que recientemente días tengas molestias en la zona abdominal, el hacer una ecografía en dicha zona nos dará la oportunidad de ver los diferentes órganos internos que se ubican en la zona para poder así identificar algún tipo de patología y de esta manera servir tratamientos exactos.
Una ecografía abdominal nos da la posibilidad ubicar la presencia de líquidos raros o localizar posibles tumores.
La ecografía abdominal está indicada como elemento de diagnóstico en los test recurrentes preventivos pero también ante cualquier molestia abdominal sin motivo para descartar posibles enfermedades relacionadas con el aparato digestivo.
Asimismo, la ecografía abdominal se emplea para encontrar enfermedades graves que pueden mostrarse sin síntomas como el aneurisma de aorta. La ecografía abdominal es una prueba sin dolor, sin efectos secundarios y que ofrece gran cantidad de información para hacer un diagnóstico adecuado.
El experto encargado de supervisar las ecografías abdominales, normalmente, es el digestólogo, también conocido como médico del estómago o especialista del aparato digestivo.
La ecografía se fundamente en los mismos fundamentos que los radares de los barcos o los aviones: una herramienta manda sonidos en frecuencias no escuchables (ultrasonidos) y estos, al chocar sobre los cuerpos, devuelven 'ecos', que son interiorizados por un sistema informático y configuran las imágenes.
En aviones o barcos, se utilizan los ultrasonidos, principalmente, para conocer la distancia y tamaño de los objetos. En el cuerpo humano, tiene la habilidad de distinguir las formas y composición de los tejidos y órganos, dado que cada tejido u órgano produce ecos distintos.
La ecografía abdominal se forma, por tanto, de un emisor de ondas de sonido, llamado transductor, que muestra forma cónica y es el que se aplica sobre el cuerpo para generar los ultrasonidos. Estas ondas de sonido, debido a su frecuencia, no son perceptibles por el oído humano, por lo tanto en principio no se escuchan más que leves sonidos. Las ondas, al rebotar, llevan a cabo un eco y son identificadas por un sistema informático para configurar las imágenes. Antes de aplicar el transductor, se unta un gel sobre la piel que facilita a interpretar el sonido.
Una ecografía abdominal es sin dolor, dura de unos quince hasta 20 minutos y no conlleva ningún tipo de dolor ni presenta ningún efecto secundario.
Se sugiere hacerse una ecografía abdominal si el médico de cabecera lo cree relevante, si presentas dolores abdominales de origen ignorado, si un experto en aparato digestivo o médico del estómago te lo ordena o si tienes las digestiones pesadas.
Si tienes algún problema que implique la glándula tiroides o sospechas que podría existir alguna patología, una ecografía tiroides puede ayudar en el diagnóstico o seguimiento de estas enfermedades. No esperes más y pide la tuya.
Si tienes menos de 30 años y has notado un bulto en tus pechos, una ecografía mamaria es la mejor opción para determinar si existe alguna patología. Esta técnica es la más precisa con la detección de tumores en pechos jóvenes y evita la radiación en mujeres embarazadas.
La radiografía es una herramienta diagnóstica fácil y segura. Si has tenido una lesión o accidente y crees que puedes tener un hueso roto, una radiografía puede darte una respuesta. Además, también permite detectar quistes o tumores en la zona analizada.
Una radiografía permite obtener una imagen de la zona anatómica precisada y de los órganos internos de la misma. La radiación penetra en la parte del cuerpo y se imprime en una placa fotográfica que permitirá al médico identificar características anómalas y hacer un diagnóstico.