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Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta
Los ginecólogos consideran que, junto a la hinchazón de los pechos, el cansancio, la somnolencia, la acidez, y los mareos, los calambres y dolores abdominales son solo algunas molestias del embarazo que se producen simplemente debido a los cambios normales que experimenta el organismo para albergar el desarrollo de un futuro bebé El futuro bebé reclama su espacio dentro del cuerpo de su madre y obliga a los órganos de la zona a adaptarse. Este dolor abdominal puede durar varios días, aparecer y desaparecer de forma espontánea o cambiar de localización con frecuencia.
Sin embargo, existen posibilidades de que estas molestias en el estómago adviertan de complicaciones serias en lo que respecta al curso del embarazo. ¿Cuándo deberíamos preocuparnos de sufrir dolor abdominal? ¿Es peligroso que esas dolencias se extiendan a los ovarios? ¿Debería llamar al médico si ese dolor abdominal o de ovarios viene acompañado de ligeras pérdidas de sangre, escalofríos, vómitos o molestias al orinar? Estas son algunas de las dudas que a menudo asaltan a las mujeres que se encuentran en algún momento de gestación.
Ante tales preguntas, los ginecólogos y especialistas en embarazo recomiendan mantener la calma y recuerdan a las mujeres los peligros de diagnosticarse. Insisten en que, cuando haya dudas, la mejor opción es llamar de inmediato al médico para que él identifique la causa y nos recomiende unas pautas a seguir.
Aunque suele ser más frecuente durante el primer y el tercer trimestre del embarazo, el dolor abdominal puede aparecer en cualquier momento, independientemente del trimestre en el que te encuentres. Puede ser momentáneo o durar varios días. Puede aparecer y desaparecer espontáneamente. Y también es propicio a cambiar su localización con frecuencia. La única característica que tienen en común todos los dolores abdominales que no representan gravedad alguna es su intensidad, que irá de leve a moderada.
Por lo general, estas incomodidades se alivian al descansar o cambiar de posición. Los ginecólogos desaconsejan la inmovilización total en cama, pues puede perjudicar a la futura madre y al feto, ya que no solo provoca que la mujer se sienta más pesada y menos ágil, el sistema inmunitario se debilita y mentalmente estará “en baja forma”. En todo caso, la mujer embarazada podría mantener un reposo relativo para aliviar el dolor abdominal:
Existe una serie de avisos que debemos conocer para poder estar alerta en casos de que el dolor abdominal no sea inofensivo, sino síntoma de algo más grave. Así, por ejemplo, el dolor que aparece súbitamente, que es persistente y que está asociado con otros problemas como náusea, vómito, sangrado vaginal o contracciones, sugiere que el dolor no se debe a los cambios normales del embarazo, sino a otro problema. Lo mismo ocurre cuando este dolor en el bajo vientre viene acompañado de ligeras pérdidas de sangre, hemorragia intensa, fiebre, escalofríos, flujo vaginal, desmayos, molestias al orinar o náuseas o vómitos.
También puede ser síntoma de una complicación sentir contracciones de Braxton-Hicks acompañadas de dolor en la parte inferior de la espalda. Con respecto a las contracciones, los médicos advierten que si se sienten más de cuatro contracciones por hora, incluso si no son dolorosas, si se producen a intervalos regulares o si tienes algún otro síntoma de parto prematuro, lo más aconsejable es acudir al centro sanitario más cercano.
Por lo tanto, nunca debes ignorar un dolor abdominal muy fuerte o persistente. La mejor solución para descartar complicaciones es buscar el consejo de un especialista.
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