Publicado por: ?ngel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Existen varios tipos de inflamaciones de la tiroides, normalmente llamadas tiroiditis, y están relacionadas con una disminución de la función tiroidea. Se trata de una alteración muy importante, ya que la glándula tiroides controla el ritmo de actividades corporales como la frecuencia de los latidos del corazón o la rapidez con la que se queman calorías.
Para detectar cualquier problema en la tiroides es necesario realizarse un análisis que ayudará a tratar la enfermedad correctamente y a tiempo. También servirá para descartar la presencia de un tumor ya que una inflamación de la tiroides puede ser consecuencia de un cáncer. Normalmente, gracias a las analíticas existentes, se detecta en las primeras fases de desarrollo y se puede curar.
A continuación, vamos a ver todos los tipos de tiroiditis y vamos a explicar en qué consisten.
En esta categoría entran aquellas afecciones en las que la tiroides se inflama de forma lenta y progresiva.
Este tipo de inflamación la provocan los anticuerpos que se encargan de combatir las infecciones del sistema inmune. Éstos atacan a la tiroides formando anticuerpos contra las mismas células de la tiroides. De esta forma, se deja de producir suficiente hormona tiroidea, provocando hipotiroidismo.
Las causas por las que se desarrolla una tiroiditis de Hashimoto son desconocidas, aunque se apunta a una predisposición genética.
En este caso, la tiroides inflamada es causada por el crecimiento de tejido fibroso en el interior de la glándula, ocupando un espacio mayor a lo normal. Así, ejerce presión sobre otras estructuras cercanas a la tiroides, causando normalmente alteraciones en la voz, dificultad en la respiración y molestias a la hora de tragar alimentos.
Se trata de un tipo de tiroiditis poco común y su causa es desconocida, aunque la hipótesis que tiene más fuerza es que se trata de un fenómeno de autoinmunidad.
En el lado opuesto a las tiroiditis crónicas encontramos las agudas, que se caracterizan por su velocidad a la hora de desarrollarse.
Este tipo de inflamación de la tiroides se produce por una infección bacteriana o de hongos. Se llama tiroiditis aguda supurada porque suele aparecer pus.
Las causas pueden ser una infección en órganos muy cercanos a la glándula tiroides, traumatismos cerca del cuello o biopsias mal ejecutadas y con poca higiene.
Las tiroiditis subagudas estarían situadas entre la lentitud de las crónicas y la rapidez de las agudas.
Es una reacción inmunitaria que desarrolla la glándula tiroides y que causa alteraciones en su función, así como dolor e hinchazón del cuello.
Normalmente aparece tras una infección en las vías respiratorias superiores, como después de unas paperas o una gripe.
Es muy parecida a la tiroiditis de Quervain, pero no es dolorosa y suele afectar a las mujeres que han dado a luz recientemente. En una primera fase se sufre hipertiroidismo y, en la segunda, hipotiroidismo.
Las causas son difusas. Sí que se ha comprobado que tienen más riesgo de padecer tiroiditis post-parto las mujeres con diabetes tipo I y las mujeres con enfermedades autoinmunes.
Los síntomas de tener problemas con la tiroides son muchísimos, así que es necesario estar alerta y realizar una analítica de tiroides con rapidez cuando sea necesario.