Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Las transaminasas, la GOT (aspartato aminotransferasa) y la GPT (alanina aminotransferasa), son enzimas producidas principalmente en el hígado que juegan un papel importante en el metabolismo de los aminoácidos. Su presencia en la sangre en niveles elevados puede indicar daños hepáticos o problemas en otros órganos. Estas se pueden medir mediante una analítica general o un análisis del perfil hepático. Si los resultados indican unas transaminasas altas es importante diagnosticar la causa, ya que podría tratase de una enfermedad severa.
A continuación te explicaremos a partir de qué valores se considera que las transaminasas están demasiado elevadas, qué motivos pueden provocar esta situación, de qué forma puedes darte cuenta y cómo bajarlas.
Las transaminasas, particularmente la GOT y la GPT, son indicadores clave de la salud hepática. Estas enzimas se liberan al torrente sanguíneo cuando las células del hígado u otros tejidos, como el corazón o los músculos, sufren algún tipo de daño. Aunque ambas están relacionadas con el hígado, la GOT se encuentra también en otros órganos, como el corazón y los riñones, por lo que su elevación puede no estar directamente relacionada con problemas hepáticos. En cambio, la GPT es más específica del hígado, lo que hace que su aumento sea un marcador más preciso de daño en dicho órgano.
El nivel normal de GOT en la sangre varía entre 8 y 40 U/L (unidades por litro), dependiendo de factores como la edad, el sexo y las condiciones de salud generales. Cuando los valores exceden este rango, se puede sospechar de alguna patología subyacente, lo que hace necesario investigar la causa para determinar si el daño es temporal o crónico.
Los niveles normales de transaminasas varían dependiendo del peso, el sexo y la edad de cada persona. Se considerarían unos parámetros normales los comprendidos entre:
GOT: 0 y 37 U/L
GPT: 0 y 41 U/L
Si el recuento detecta valores superiores un especialista médico se encargará de descubrir cuál es la causa.
Existen múltiples causas que pueden elevar los niveles de GOT en sangre. Algunas de las más comunes incluyen:
Las infecciones por virus como la hepatitis A, B y C pueden causar inflamación del hígado y un aumento significativo de las transaminasas. Este es uno de los motivos más comunes de niveles elevados y, generalmente, viene acompañado de otros síntomas como ictericia (coloración amarillenta de la piel) y fatiga.
El alcohol es metabolizado principalmente en el hígado. Un consumo excesivo o prolongado puede dañar las células hepáticas y provocar un aumento de las transaminasas, especialmente de la GOT. Si bien una leve elevación puede no ser motivo de alarma, un consumo crónico puede llevar a enfermedades más graves como la cirrosis.
Esta condición, relacionada con el sobrepeso y el síndrome metabólico, es una causa cada vez más común de aumento de transaminasas. Se produce cuando la grasa se acumula en el hígado sin una causa evidente, como el consumo de alcohol.
Algunos medicamentos, incluidos los analgésicos de uso común como el paracetamol, pueden causar daño hepático cuando se toman en exceso. Otras sustancias, como los esteroides anabólicos y ciertos antibióticos, también pueden provocar un aumento de las transaminasas.
Un leve aumento, por ejemplo, hasta el doble del límite superior normal, puede ser transitorio y no necesariamente preocupante. Sin embargo, cuando los niveles de GOT son más de cinco veces superiores al rango normal, es un signo de que algo serio podría estar ocurriendo.
Para entender mejor qué nivel de transaminasas es preocupante, los médicos suelen clasificar los aumentos en tres categorías principales:
Leve: Cuando los niveles de transaminasas se encuentran entre 1.5 y 5 veces el límite superior normal. Esto puede deberse a una infección viral leve o a una lesión hepática temporal.
Moderado: Un aumento de entre 5 y 10 veces el valor normal puede estar asociado con enfermedades hepáticas crónicas o con daño moderado, como el hígado graso no alcohólico.
Grave: Niveles superiores a 10 veces el límite normal suelen indicar problemas hepáticos serios como hepatitis aguda, daño hepático severo por drogas o toxinas, o enfermedades como la cirrosis.
Es fundamental consultar a un médico si los niveles de GOT están elevados, incluso si no hay síntomas evidentes. Algunos síntomas que, junto con las transaminasas altas, podrían ser indicativos de un problema subyacente grave incluyen:
Fatiga extrema
Pérdida de apetito
Náuseas o vómitos
Ictericia
Dolor abdominal, especialmente en la parte superior derecha
Estos síntomas, combinados con un aumento significativo de transaminasas, podrían indicar una enfermedad hepática avanzada y requieren una atención médica urgente.
El médico evaluará el historial clínico del paciente, el consumo de alcohol, los medicamentos que esté tomando, y ordenará pruebas adicionales, como una ecografía hepática o una biopsia en casos más complejos.
Una vez que se ha identificado la causa del aumento de transaminasas, el tratamiento dependerá del diagnóstico específico. Algunos enfoques comunes incluyen:
Si el consumo de alcohol es la causa del daño hepático, dejar de beber puede ayudar a reducir los niveles de transaminasas y permitir que el hígado se recupere.
Si los medicamentos están dañando el hígado, el médico puede cambiar la prescripción o ajustar la dosis. Es fundamental no automedicarse ni tomar medicamentos que no hayan sido indicados por un profesional de la salud.
La adopción de una dieta baja en grasas y rica en antioxidantes puede mejorar la función hepática. Además, el ejercicio regular ayuda a reducir el peso y disminuir el riesgo de enfermedades como el hígado graso.
En casos de hepatitis viral o enfermedades hepáticas crónicas, el tratamiento puede incluir antivirales, cambios en el estilo de vida o incluso, en casos severos, un trasplante de hígado.
Tener niveles elevados de GOT puede ser indicativo de problemas en el hígado o en otros órganos. Es crucial reconocer que, aunque un aumento leve de estas enzimas puede no ser motivo de alarma, los niveles moderados o graves son señales de que se necesita atención médica urgente.
Las causas de la elevación de transaminasas son diversas, abarcando desde hepatitis viral hasta daños inducidos por medicamentos o consumo excesivo de alcohol. Identificar la causa subyacente es fundamental para establecer un tratamiento adecuado, que puede incluir cambios en el estilo de vida, ajustes en la medicación y, en casos más graves, tratamientos médicos específicos.
Por lo tanto, si se presentan niveles elevados de GOT, es esencial consultar a un médico para evitar complicaciones mayores y asegurar la salud hepática. Mantener un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada y ejercicio regular, también puede ser beneficioso para prevenir el aumento de transaminasas y promover el bienestar general del hígado.
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Si tu médico sospecha que existe alguna alteración en tu hígado y necesita detallar el diagnóstico, un perfil hepático le ayudará a conocer cuál es el origen de la irregularidad y actuar de forma correcta.