☎️ 931 226 223 | →Pedir Presupuesto | →Resultados Análisis | →Reseñas ★4,5
☎️ 931 226 223 | →Resultados | →Presupuesto | →Reseñas ★4,5
Los niños/as de 0 a 18 años pueden necesitar de la ayuda de un profesional de la psiquiatría infantil o psiquiatría pediátrica. Cada niño/a a su edad tiene unos síntomas específicos dependiendo de los años que tenga y de su psicopatología.
Lo primero que debemos hacer antes de llevar al niño/a al psiquiatra es diferenciar cuándo muestra unos síntomas de una posible enfermedad psiquiátrica o no. A veces hay síntomas de comportamiento que están más relacionados con una cuestión familiar o temas existenciales del menor que propiamente con una enfermedad psiquiátrica. Son ejemplos de ello casos en los que un adolescente no quiere estudiar, trasnocha o es maleducado con los padres.
Pero hay otras señales o síntomas que si nos deben poner en alerta y nos suelen indicar que se requiere atención de un psiquiatra infantil. Por ejemplo, cuando un niño se chupa los dedos, tiene un apego excesivo a la madre, no controla los esfínteres, si se aísla de los amigos, si es distante con los familiares, si se muestra retraído, apático, cansado, aburrido e irritable. También cuando tiene un comportamiento desafiante, temerario, impulsivo, tiende a mentir e inventar cuentos, evita hablar del dolor ya sea físico o emocional, se pelea a menudo, falta a clase y es agresivo/a con los profesores, de repente cambia de amigos y ropa, no cuida de su imagen o higiene, es agresivo/a verbalmente con la familia, o se sumerge excesivamente en el mundo virtual comunicándose únicamente por esa vía.
Otros síntomas de trastornos pueden ser la ansiedad, un trastorno del sueño, un vocabulario sexualizado, una preocupación en exceso por el rendimiento escolar, un exceso de dieta o preocupación por el peso, la práctica en exceso de deporte con objetivos culturistas o la hiperactividad.
Por último, también es recomendable llevar al niño/a a un psiquiatra infantil si rehúye el contacto visual, da la sensación de que no escucha lo que se le dice, habla poco y cuando lo hace es pedante, no tiene empatía con los demás, es irritable y explosivo/a.
Todos estos síntomas deben ser atendidos por un profesional para que haga un diagnóstico del tipo de patología y pueda tratarla cuanto antes, ya sea a través de terapia o, en casos concretos, con apoyo de tratamiento farmacológico.