¿Qué es una ecografía abdominal?
Una ecografía abdominal nos da la posibilidad localizar la presencia de líquidos anormales o descubrir posibles tumores.
La ecografía abdominal está recomendada como herramienta de diagnóstico en los exámenes usuales preventivos pero también ante cualquier dolor abdominal sin motivo para eliminar posibles enfermedades que tengan que ver con el aparato digestivo.
Asimismo, la ecografía abdominal se emplea para buscar patologías graves que pueden permanecer asintomáticas como el aneurisma de aorta. La ecografía abdominal es una prueba sin dolor, sin ningún tipo de problema y que tiene gran cantidad de información para realizar un diagnóstico adecuado.
El profesional apoderado de llevar a cabo las ecografías abdominales, de forma recurrente, es el digestólogo, también conocido como médico del estómago o especialista del aparato digestivo.
¿Cómo se lleva a cabo una ecografía abdominal?
El funcionamiento de las ecografias tiene como principio funcional el mismo que usan los radares de los barcos o los aviones: este está formado por un aparato que provoca diversos sonidos en frecuencias que no somos capaces percibir a través del oído pero que al rebotar sobre los objetos o en este caso alguna parte interna de nuestro organismo devuelven “ecos” con lo que una herramienta informático puede encontrar y ofrecernos imágenes..
En aviones o barcos, se utilizan los ultrasonidos, fundamentalmente, para conocer la distancia y dimensiones de los objetos. En el cuerpo humano, tiene la habilidad de distinguir las formas y composición de los tejidos y órganos, debido a que cada tejido u órgano genera ecos distintos.
La ecografía abdominal se compone, por tanto, de un generador de ondas de sonido, denominado transductor, que tiene forma cónica y es el que se aplica sobre el cuerpo para generar los ultrasonidos. Estas ondas de sonido, gracias a su frecuencia, no son perceptibles por el oído humano, por lo tanto en principio no se escuchan más que leves sonidos. Las ondas, al rebotar, generan un eco y son identificadas por un sistema informático para configurar las imágenes. Previamente de utilizar el transductor, se coloca un gel sobre la piel que ayuda a enviar el ruido.
Una ecografía abdominal es sin dolor, dura de unos quince hasta 20 minutos y no conlleva ningún tipo de molestia ni ocasiona ninguna contraindicación.
Se recomienda llevarse a cabo una ecografía abdominal si el médico de cabecera lo cree conveniente, si percibes dolores abdominales de origen ignorado, si un especialista en aparato digestivo o médico del estómago te lo sugiere o si tienes las digestiones pesadas.
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