Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Un espermiograma o seminograma es el análisis del semen, tanto cuantitativo como cualitativo, que se realiza para descartar un problema de fertilidad masculina.
Cuando una pareja no consigue llevar a cabo el embarazo es necesario encontrar el foco del problema y, en el caso del hombre, un espermiograma suele ser la prueba diagnóstica más utilizada. En la mujer se suelen realizar estas pruebas de fertilidad.
A continuación, te vamos a explicar todo lo que debes saber sobre los resultados de un espermiograma, aunque recomendamos que sea un especialista médico quien los interprete para dar un diagnóstico correcto.
La muestra de semen que el paciente provee mediante una eyaculación se envía a un laboratorio, donde se observa la cantidad de espermatozoides, su movilidad y su forma mediante un microscopio. Será interpretando estos resultados en su conjunto cuando se podrá determinar si son normales o, por lo contrario, representan la causa de la imposibilidad de lograr el embarazo, lo que coloquialmente se conoce como ¿resultados malos o anormales?.
Estos tres valores principales del seminograma se interpretan de la siguiente manera:
Cantidad de espermatozoides: El número que se considera óptimo para lograr un embarazo de forma natural es a partir de 50 millones de espermatozoides por mililitro, aunque se entiende dentro de lo normal a partir de 20 millones. Por debajo de 20 millones, se trata de un resultado ¿malo?.
Movilidad de los espermatozoides: El semen es normal si un 50% o más de los espermatozoides se mueven. El 60% sería una cifra óptima. Cuanto más baja es esta cifra, más dificultades representa para la fecundación, pero no la hace imposible.
Morfología de los espermatozoides: La fórmula espermática del seminograma indica si la cabeza, el cuello y la cola de los espermatozoides son normales. Es habitual que un porcentaje de ellos no lo sean, entendiendo como normal cualquier cifra que supere el 50%.
Cuando los resultados no reflejan valores normales, el médico suele requerir una prueba complementaria que confirme el diagnóstico. Estos análisis pueden ser el Test REM en Espermatozoides, la Fragmentación del ADN espermática o el FISH en Espermatozoides.
Si se confirman los resultados negativos, se suele descartar la posibilidad de lograr un embarazo de forma natural, así como mediante una inseminación artificial conyugal. La opción más adecuada en estos casos normalmente es la de una Fecundación In Vitro con ICSI, que permite elegir los espermatozoides de mejor calidad del hombre para unirlos con los óvulos fértiles de la mujer.
En caso que el espermiograma refleje unos resultados normales pero aun así no se logre el embarazo, es necesario comprobar si es la pareja quien tiene problemas de fertilidad.
La primera prueba que se debería hacer una mujer que está teniendo problemas para quedarse embarazada es el test de la hormona antimulleriana, especialmente si tiene más de 30 años, ya que permite conocer el estado de su reserva ovárica.
Si con la hormona antimulleriana no se detecta una reserva ovárica baja, se suele realizar un cariotipo, que busca si existe una alteración genética incompatible con el embarazo.
Si los resultados siguen reflejando valores normales tanto en el hombre como en la mujer, hay que tener en cuenta que existen algunos factores que pueden interferir en su consecución, desde trastornos alimentarios hasta una diabetes mal controlada.
Esta prueba "FISH espermatozoides” permite analizar los cromosomas X, Y, 13, 18 y 21 y determinar si existe alguna anomalía remarcable en el esperma.
Si tu pareja ha sufrido abortos de repetición o tienes más de 45 años, puede que existan alteraciones o roturas en el material genético del espermatozoide. Con esta prueba podrás saber si existen anomalías destacables.
¿No conseguís ser padres? Realiza un seminograma y obtén los resultados para saber el estado de salud de tus espermatozoides y descarta un problema de fertilidad masculina.