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La radiografía es una herramienta diagnóstica fácil y segura. Si has tenido una lesión o accidente y crees que puedes tener un hueso roto, una radiografía puede darte una respuesta. Además, también permite detectar quistes o tumores en la zona analizada.
Centre Mèdic Vic (Mediqsalut)
c/ Pare Gallissà, 13
Vic
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Con la radiografía se obtiene una imagen de la zona anatómica que se irradia y de los órganos internos de la misma. La radiación penetra por esa zona del cuerpo y se imprime en una placa fotográfica.
Las placas se impresionan con más o menos intensidad ya que cada parte permite pasar diferentes cantidades de radiación. Podemos obtener una imagen de los órganos (corazón, riñones, pulmones, etc.) y tejidos (huesos, quistes, etc.).
El radiólogo, que conoce la imagen que resulta en condiciones normales, puede estudiar la radiografía e identificar aquellas características anómalas que ayuden al diagnóstico (quistes, tumores, roturas de los huesos, etc.).
La radiografía es una técnica diagnóstica rápida, segura y fácil realización. Para realizarla el paciente debe colocarse entre la fuente que emite la radiación y la placa fotográfica. Tendrá que estar de pie o tumbado en función de la zona a radiografiar.
En general, se pide al paciente que se coloque en diferentes posturas –de frente, de perfil, oblicuas– de la zona anatómica a estudiar.
El médico especialista (radiólogo) revisará las imágenes y elaborará el informe radiológico que se entrega al paciente para que lo lleve al médico que le ha solicitado su realización.
Preparación antes de la prueba
Riesgos de la prueba
La radiografía no es dolorosa pero la irradiación es nociva, por lo que conviene limitar su uso a los casos en los que está realmente justificado.
Las embarazadas no deben realizarse radiografías.
Si tienes algún problema que implique la glándula tiroides o sospechas que podría existir alguna patología, una ecografía tiroides puede ayudar en el diagnóstico o seguimiento de estas enfermedades. No esperes más y pide la tuya.
Un TAC abdominal permite ver huesos, tejidos blandos etc., con el objetivo de encontrar el motivo de un dolor al que no se le atribuye un origen. Con una exploración rápida y eficaz se puede encontrar esa explicación.
¿Sangras al orinar, te levantas a medianoche para ir al baño de forma habitual o tienes problemas con la función eréctil? Podría existir una anomalía en el sistema urinario. Si quieres una respuesta, una ecografía urológica puede ayudar a diagnosticar el origen del problema.
Si has notado que la salud de tus huesos ya no es como la de hace unos años, podría existir una irregularidad en la densidad de calcio en tus huesos. Con la densitometría ósea, podrás detectar si existe algún problema que pueda derivar en osteoporosis en el futuro.