Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Desde fuera podrías pensar que tener un sabor dulce en la boca es una sensación agradable. Pero notarla todo el día (incluso cuando no has comido nada dulce) se vuelve muy molesto, eclipsa el sabor de los alimentos y acaba reduciendo el apetito de la persona que lo sufre.
A esta alteración del sentido del gusto se le llama disgeusia y, por ejemplo, también puede presentarse como un sabor amargo en la boca.
Si no comes nada dulce, mantienes una higiene adecuada y ese sabor persiste, deberías acudir al médico, concretamente a un digestólogo. Podría tratarse del síntoma de una enfermedad y, para descartarlo, puede ser necesaria también una ecografía abdominal. A continuación te explicamos todas las posibles causas que pueden provocarlo.
Uno de los síntomas que alertan a una persona diabética es el sabor dulzón en la boca, sobre todo si no está siguiendo el tratamiento necesario. La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando la glucosa (azúcar) en sangre es demasiado alta a causa de que el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa correctamente. Para diagnosticarla y controlarla será necesario realizar una analítica de diabetes.
Otros síntomas que puedes pueden significar que tengas diabetes son:
Todos nuestros sentidos se controlan a través del cerebro. Siempre que se está comiendo, el nervio gustativo de debajo la lengua envía señales al cerebro para que detecte de qué sabor se trata. Si el sistema nervioso queda afectado, por ejemplo a causa de un accidente cerebrovascular, es posible que se envíen señales eléctricas de sabor dulce constantemente.
La cetosis es habitual en personas con diabetes no controlada o que siguen una dieta baja en carbohidratos. Se trata de una enfermedad en la que el cuerpo deja de usar los glúcidos como fuente primaria de energía, sustituyéndolos por las grasas, que al ser eliminadas se convierten en un residuo llamado cetosas. Cuando estos residuos son elevados, causan un sabor dulce en la boca.
Las Pseudomonas son un tipo de bacterias que pueden provocar infecciones externas y leves (en el oído, nariz o los folículos pilosos) o internas y graves (en la sangre, los pulmones y las válvulas cardíacas). Si atacan a los perceptores del gusto, pueden provocar ese gusto dulce en la boca. Con un análisis de sangre se puede detectar si existe una infección por Pseudomonas y, si todavía es leve, tratarlo con antibióticos.
La indigestión que provoca la enfermedad del reflujo ácido hace que los ácidos del estómago vayan al esófago y se filtren de nuevo a la garganta, provocando un sabor amargo o dulce en la boca, náuseas, acidez y ardor. Algunos malos hábitos alimentarios, como comer en exceso y comida grasa, puede acentuarlo. También puede ser provocada por la bacteria Helicobacter pylori y será necesario un test del aliento para comprobarlo.
Igual que con las bacterias, el nervio que transmite la percepción del gusto puede ser infectado por un virus. Dependiendo de su gravedad, puede provocar una pérdida de gusto o un sabor amargo, metálico o dulce constante. Será necesario acudir al médico lo más rápido posible para evitar que la infección se extienda.
Hay algunos medicamentos cuyos efectos secundarios provocan un sabor azucarado en la boca. Tanto cuando se toman como horas más tarde. Salvo prescripción médica, no interrumpas un tratamiento farmacológico.