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Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta
Tener mocos verdes se ha asociado a varios mitos. Dependiendo de la teoría que te haya llegado, quizás pienses que las flemas verdes son motivo de ir al médico inmediatamente y empezar tomar antibióticos sin perder tiempo o quizás no le des ninguna importancia. La verdad es que ni una ni otra son actitudes correctas. Para que te hagas una idea de cuándo alarmarte y cuándo tomártelo con más calma te resumimos las causas más comunes de los mocos verdes, tanto en adultos como en niños.
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La causa más común de la aparición de mocos verdes es el resfriado. Se origina por culpa de un virus y además de la mucosidad suele comportar síntomas como estornudos, tos y dolor de garganta. Se trata de un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo para eliminar los agentes externos, que normalmente son los rinovirus o los coronavirus.
Si el color del moco es verde significa que hay bacterias en él (por esa razón surge eso de que son más infecciosos). Pero eso no quiere decir que tengas que tomar antibióticos por tu cuenta. En la batalla entre tu cuerpo y el virus, las flemas verdes indican que va ganando tu organismo, así que déjale hacer su proceso. Abusar de los antibióticos puede dar lugar a la aparición de bacterias más resistentes y a “desentrenar” tu cuerpo para defenderse. Si no te lo recomienda un médico, no los tomes.
La sinusitis es la inflamación, generalmente por culpa de una infección, de los senos paranasales, los espacios donde se produce la secreción mucosa que drena hacia la nariz. Suele empezar como un simple resfriado e incluye síntomas como fiebre, dolores de cabeza, fatiga, tos, congestión, mocos verdes, pérdida del apetito y presión en la cara, dientes y oídos.
Si tras el examen médico se diagnostica sinusitis originada por una infección, se recetarán antibióticos, descongestionantes y analgésicos. La hidratación y el descanso también serán fundamentales.
Existen otras infecciones de las vías respiratorias superiores que dan lugar a la aparición de flemas verdes. Dos ejemplos son la amigdalitis y la rinitis.
La amigdalitis es una infección de las amígdalas, más común en niños que en adultos, causada por bacterias. El dolor de garganta, la fiebre, la dificultad para tragar, el pus o el enrojecimiento e hinchazón de las amígdalas son síntomas frecuentes.
La rinitis es la inflamación del revestimiento mucoso de la nariz por culpa de alérgenos o virus. La producción de mocos, tanto verdes y densos como acuosos y líquidos es uno de los síntomas más comunes. La dificultad para respirar, los dolores de cabeza o los párpados hinchados son otras consecuencias típicas de la rinitis.
En cada caso, el doctor valorará qué medicamentos se deben tomar y durante cuánto tiempo. También recomendará remedios naturales para aliviar los síntomas, como por ejemplo tomar agua con limón y miel para el dolor de garganta.
Hasta ahora, esperamos que te haya quedado claro que no es buena idea automedicarte con la aparición de mocos verdes. Pero algo que puede generar más dudas es cuándo acudir al médico para una visita general. Te recomendamos hacerlo si aparte de los mocos aparecen otros síntomas molestos, como tos persistente, fiebre, dolor al tragar o debilidad. También es buena idea realizar la visita si las flemas verdes perduran durante bastante tiempo y no se van.
¿Necesitas resolver alguna duda con tu médico y no puedes esperar más? Solicita una visita de medicina general con uno de nuestros profesionales y evita las listas de espera. Determinar cuanto antes cuál es el problema puede evitar que éste vaya a peor.